El proyecto de “Chilenas al piano” consiste en una serie de miniconciertos —conciertos de extensión breve—, que se publican en el canal de Youtube de la Factoría Musical los días 8 de cada mes. En ellos se interpreta un programa compuesto exclusivamente de obras para piano solo o dúos con piano de compositoras nacionales. Estas piezas son ejecutadas por alumnas y alumnos de todas las edades y niveles de la Factoría Musical, amigas y amigos músicos profesionales invitados o por las propias compositoras, abarcando una gran cantidad de géneros y estilos que van desde el s. XIX al presente.
A esto se le suma la inclusión de pequeñas biografías de las compositoras tras la ejecución de las piezas, las cuales permiten difundir parte de la vida y obra de estas mujeres. Este proyecto nace del interés de la pianista y profesora de piano, Rosa Vergara de apoyar el trabajo de recopilación e investigación sobre compositoras chilenas realizado por su alumno de piano, Álvaro Bravo, actualmente licenciado en composición y estética UC. Durante el 2020, él junto a la Pastoral UC y Amancay Ensamble Vocal, llevaron a cabo el XI Concierto de Adviento en donde se interpretó un
programa compuesto íntegramente de compositoras chilenas del siglo XX. Esta motivación por conocer y reconocer el legado de nuestras compositoras se traspasó de alumno a profesora, quien reconoció su escaso conocimiento sobre la vida y obra de la gran mayoría de las compositoras, que, además, se traducía en una falta de consideración de dicho repertorio, tanto en sus programas de concierto como en su labor pedagógica. Con la profunda convicción de que es necesario incorporar este tipo de música en la formación y repertorio habitual de los conciertos, a finales del 2020, Álvaro y Rosa decidieron planificar un pequeño concierto de compositoras chilenas para el día 8 de Marzo, en el que los alumnos y alumnas de la Factoría Musical
pudieran conocer e interpretar este repertorio. Desde ese momento se formó el equipo de “Chilenas al Piano”.
En diciembre del año pasado, comenzaron los preparativos para este concierto. Se hizo una sistematización por niveles de dificultad de las obras, que habían sido recopiladas y puestas a disposición de la Factoría Musical, con la intención de que los veinte alumnas y alumnos de piano, (desde 4 a 80 años, desde niveles iniciales a superior), pudieran conocer y tocar piezas de compositoras chilenas. En enero del 2021, cada estudiante recibió una pieza diferente. Rosa recuerda que percibió con gran asombro la motivación y compromiso que generaba en las alumnas y los alumnos —sobre todo en la nueva generación— la invitación a difundir de manera colectiva las obras para piano de estas artistas. Uno de ellos, de siete años, le dijo: “es importante
que conozcamos el trabajo de las mujeres, porque antes se las trataba un poco como esclavas”.
Si bien, hubo en un primer momento una muy buena acogida a la propuesta, no todas las alumnas y alumnos lograron preparar durante el verano la pieza que les habíamos dado. Considerando la motivación que había permanecido y respetando los diferentes ritmos de aprendizaje decidimos cambiar el formato de la idea original de un solo concierto el 8 de marzo a muestras breves los días 8 de cada mes durante un año. De esta manera, quienes quisieran participar podrían hacerlo cuando tuvieran su pieza lista y quienes fueran más rápidos tendrían la posibilidad de preparar varias piezas, además de conocer nuevas compositoras. Esto último exigió una apertura para
mostrar la diversidad de alumnas y alumnos, cada cual mostrando sus avances y progresos.
El repertorio de este primer concierto fue bastante amplio en cuanto a géneros y estilos. Abarcó piezas tradicionales de danza del s. XIX y principios del s. XX bajo las figuras de Isidora Zegers y Amalia Quiroz. También estuvieron presentes piezas del célebre método de Estela Cabezas “Música en Colores”, piezas de música contemporánea de Iris Sangüesa y Leni Alexander, hasta llegar a la actualidad con una canción de Pricilla Barahona. Este diálogo intergeneracional tanto de compositoras como intérpretes que se dió en este primer concierto, marcó parte de la identidad y de la propuesta de este proyecto: una instancia en donde existe un diálogo que derriba las barreras de la pandemia y que permite el conocimiento e interacción tanto de las compositoras e intérpretes como de la comunidad que integra a la Factoría Musical.
Un punto de congregación en lo digital que permite generar nuevos lazos y volver a unir aquellos que parecían disgregarse en la situación actual. En vista que una de mis alumnas, Pricilla Barahona, es cantautora y la pieza que iba a mostrar era de su autoría, consideramos que sería interesante establecer una apertura y diálogo entre la música docta o clásica y la popular, entendiendo que en muchos casos estas distinciones se solapan, mezclan e interrelacionan con gran fuerza como es en el caso de Isidora Zegers, María Luisa Sepúlveda, Amalia Quiroz, entre
otras. Es por esto que hemos invitado a otras cantautoras a participar del ciclo y hemos extendido la invitación a participar tanto a pianistas profesionales como a otras músicas amigas con el objetivo de promover un compromiso transversal con la difusión del legado de nuestras compositoras: desde quienes comienzan a conocer el instrumento hasta quienes dedican su vida a éste.
Para la gran mayoría, esta era la primera vez que tocaban música contemporánea y se enfrentaban a un lenguaje disonante. Para sorpresa del equipo, esto no fue para nada una dificultad. La preocupación inicial de Rosa, pianista formada en cánones tradicionales, contrastó con el asombro y curiosidad lúdica que provocaron estas nuevas sonoridades en niñas y niños.
Por otra parte, algunas alumnas y alumnos recibieron manuscritos. Esto sí significó una dificultad y un desafío mayor para la lectura, pero, a la vez, se convirtió en un buen recurso para reforzar esta habilidad. El logro y progreso obtenidos al enfrentar esta aparente barrera se tradujo en mayor motivación y realización personal.
Sin embargo, han habido varias dificultades que el equipo ha tenido que afrontar y sortear en la ejecución del proyecto. Quizá, uno de los mayores problemas han sido las decisiones interpretativas de algunas obras. En específico, a la forma y repeticiones de las contradanzas de Isidora Zegers. Si bien existen grabaciones de estas piezas, hay algunas indicaciones que se encuentran en la partitura que resultan confusas y que contrastan, en ciertas ocasiones, al comparar tratados de danza y la interpretación propuesta por algunos pianistas. En este escenario, la investigación y revisión de tratados que Álvaro Bravo realiza para los miniconciertos sirve como fundamento para la interpretación que se le propone a las alumnas y alumnos, de modo que,
puedan tener una interpretación lo más informada posible en el contexto pandémico.
Por otro lado, la participación en los miniconciertos ha significado tanto para las familias como para sus hijas o hijos, un aprendizaje en torno al proceso de grabación. Poner el celular en el ángulo y la orientación indicada. Intentar improvisar un soporte o trípode en casa. Grabar una, otra y otra toma hasta que saliera la mejor versión. Sin lugar a dudas todo esto ha sido parte de una experiencia musical nueva.
Es así como hemos realizado miniconciertos el 8 de marzo, 8 de abril, 8 de mayo, 8 de junio hasta el día de hoy en que estamos ad portas del próximo, el día 8 de julio. A la fecha, se han difundido piezas de las siguientes 15 compositoras: Leni Alexander, Iris Sangüesa, Amalia Quiroz, Estela Cabezas, Isidora Zegers, Pricilla Barahona, Francisca Meza, Delfina Pérez, Camila Moreno, Elena Waiss, María Luisa Sepúlveda, Grettch, Ida Vivado, Nina Frick y Gloria López. También se han estrenado y/o creado primeras grabaciones de 11 piezas de diversas compositoras como Amalia Quiroz, Leni Alexander, Francisca Meza, María Luisa Sepúlveda, Gloria López, Iris Sangüesa, Ida Vivado, Nina Frick y Grettch.
Como ya se ha dicho anteriormente, el trabajo de recopilación e investigación ha estado a cargo de Álvaro Bravo, la dirección pedagógica a cargo de Rosa Vergara. Luego los contenidos de las biografías e imágenes de las compositoras, el diseño y la edición audiovisual ha sido realizada también por Álvaro Bravo. La coordinación y gestión del proyecto ha sido labor de Rosa Vergara. Hasta el momento no han habido fondos asociados ni financiamiento. Sólo lo hacemos por una convicción profunda de la relevancia de esta iniciativa.
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